viernes, 17 de febrero de 2012

¿Cómo se dice "sorpresa" en taiwanés?









Hay un sol naciente en Nueva York. Un sol que da nueva esperanza. Un sol que eclipsa soles de mayor tamaño. Un sol que se revela, un sol que no reconoce a nada ni a nadie. Un sol que busca una sola cosa: ganar.





El nombre es Jeremy Lin, el californiano con padres taiwaneses que estudió en Harvard se convirtió en la sensación de la NBA en la última semana. Ha hecho de todo (victoria con récord de puntos sobre los Lakers, triple para la victoria en Toronto, 7 victorias, y contando, consecutivas de los Knicks desde su llegada) pero lo más importante es que revivió a esta franquicia. Quizá revivir no sea el calificativo, yo diría "refrescó".
Nueva York había contratado este último tiempo a tres estrellas de la NBA: AMar'e Stoudemire, Tyson Chandler y Carmelo Anthony. A pesar de esto las cosas no estaban saliendo como se pensó que iban a serlo. Los Knicks navegaban entre los últimos puestos de clasificación a los playoffs de la conferencia del Este y parecían no encontrar el ritmo.
Desde la llegada de Lin no han hecho más que ganar. Lo cierto es que, Lin juega de base, una posición clave en basket, una posición que, el jugador que la ocupe debe ser como una extensión del técnico dentro del campo, ya que es quién maneja las riendas del equipo. Los Knicks esperaban con ansias la recuperación de Baron Davis para ocupar esa posición. Hasta el momento jugaban con Tony Douglas y Mike Bibby, pero no alcanzaban el nivel deseado.
Lin ha llenado ese vacío y le dió al equipo otro nivel, otra gama. Ahora los Knicks miran decididamente a ganar la conferencia del Este y no le tienen miedo a nada.
Este Jueves 23 se enfrentan al que, en mi opinión, pinta para repetir el campeonato de conferencia: Miami Heat, en lo que será un partido no apto para cardíacos.









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